miércoles, septiembre 10, 2008

"Cumplí con la promesa que les hice"

Feliz, la abuela "Coqui" junto a otro nietito, primo del joven que apareció tras 30 años de búsqueda

Jorgelina Azarri de Pereyra, la abuela "Coqui", encontró a su nieto, hijo de su hija Liliana y su yerno Eduardo Cagnola.



Jorgelina 'Coqui' Azarri de Pereyra, referente de la filial La Plata de las Abuelas de Plaza de Mayo, dijo hoy que vive "el momento más feliz de mi vida y puedo decir que cumplí con la promesa que les hice a Liliana y Eduardo de buscar a mi nieto".

Es que fue identificado Federico, un joven hoy de 30 años que es hijo de Liliana Carmen Pereyra y de Eduardo Alberto Cagnola, su hija y su yerno, secuestrados el 5 de octubre de 1977 en una pensión de Mar del Plata.

"Hasta que no encontremos a cada nieto no vamos a dejar de luchar porque quiero que esta alegría la compartamos todas, porque dándoles la identidad es la única manera que podrán caminar firme  y es bueno que sepan que no fueron abandonados sino que fueron  buscados", sostuvo 'Coqui' Pereyra, en una conferencia de prensa en la que se anunció este hallazgo, el nieto número 95, y el de otra joven también apropiada durante la última dictadura.

La abuela paterna de Federico, Hilda de Cagnola, se manifestó satisfecha porque el joven "nos quiso conocer y vio fotos de sus padres. Es un orgullo que haya querido encontrarse  con nosotros".

Hilda comentó que Federico "fue criado con mucho amor en una buena familia y esta terminando de estudiar Psicología" y agregó  que "físicamente no se parece a su hijo sino a Liliana, pero sus  modos son los de mi hijo". Con la aparición de estos nietos, ya son siete los jóvenes que  recuperaron su identidad en lo que va del año y 95 los que hoy  conocen su origen gracias a la tarea de Abuelas.

Liliana Pereyra, de 21 años, vivía con su pareja en una pensión de Mar del Plata. Los dos, estudiantes de Derecho, fueron raptados y llevados a la Base de Buzos Tácticos de Mar del Plata, donde funcionó un campo de detención.

Embarazada de seis meses, Liliana fue trasladada a la ESMA para que tuviera a su bebé. Allí, en la maternidad clandestina, nació en febrero de 1978 su hijo, a quien llamó Federico. En el parto fue asistida por el capitán de navío y ginecólogo Jorge Luis Magnacco.

Según el relato de la sobreviviente Sara Osatinsky, Pereyra fue trasladada nuevamente a Mar del Plata al poco tiempo de dar a luz y su niño permaneció un tiempo más en la ESMA, a cargo de un subprefecto naval. La joven fue asesinada en julio de 1978. En 1985, el Equipo de Antropología Forense identificó su cuerpo enterrado como NN en el cementerio de Mar del Plata.

La otra chica restituida es Laura Catalina De Sanctis-Ovando, hija de Miriam Ovando y Raúl De Sanctis. La chica nació en julio de 1977 en la ESMA, y la madre siempre creyó que había sido llevada con los abuelos.

Miriam estaba embarazada de seis meses cuando el 1 de abril de 1977 un grupo de tareas la secuestró en la localidad de Virreyes, en la zona norte del Gran Buenos Aires. Raúl De Sanctis desapareció un mes después de la estación de trenes de Campana y fue visto en la Comisaría 5ª de La Plata. Ella estuvo detenida en el centro clandestino conocido como El Atlético y fue llevada a la ESMA a parir. 

(Con información de Télam y DyN )

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