Un policía juzgado por el crimen de un joven limpiavidrios quedó hoy en libertad. Lo absolvieron por falta de pruebas por el crimen de Lucas Roldán, un joven que trabajaba de limpiavidrios en una esquina de Villa Lugano y fue fusilado de cuatro balazos.
Buenos Aires, 8 de septiembre (Télam).- Un ex policía federal fue absuelto del crimen de un joven limpiavidrios, cometido en el barrio de Villa Lugano, en 2003, luego de que el fiscal de juicio retirara la acusación en su contra por falta de pruebas.
Se trata del ex efectivo de la comisaría 52 Lucio Montero, quien esta tarde recuperó su libertad desde el penal federal de Marcos Paz tras ser absuelto como autor del delito de 'homicidio simple' en perjuicio de Lucas Roldán (29).
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 26 de la Capital Federal también absolvió a los ex policías Juan Alberto Monteyru y Rubén Solares, compañeros de Montero, por el encubrimiento del crimen del joven limpiavidrios.
La decisión de los jueces Manuel Reynoso, Patricia Llerena y María Yungano se basó en el alegato del fiscal Marcelo Saint Jean, quien esta mañana no acusó a ninguno de los tres imputados al considerar que no existían pruebas suficientes para atribuirles algún delito.
Las defensas de los imputados habían adherido al criterio de fiscal Saint Jean, al considerar también que no había pruebas suficientes para acusar a los ex policías.
'Estamos con mucha angustia y mucho dolor', expresó a Télam Paola Squassi, abogada de la querella, quien había solicitado al tribunal que Montero sea condenado a 18 años de prisión por el 'homicidio simple' de Roldán, y a seis los otros dos acusados por el encubrimiento del crimen.
La letrada indicó que los jueces esta tarde sólo leyeron el veredicto absolutorio y que los fundamentos de la sentencia -en los que se enmarcará la muerte de Roldán en una figura penal distinta a la del 'homicidio simple'- serán dados a conocer el 15 de este mes.
El hecho ventilado en el juicio ocurrió el 6 de marzo de 2003, cuando Roldán, casado y padre de dos chicos, recibió cuatro balazos de parte del entonces policía Montero.
Esa tarde, Lucas desapareció de donde limpiaba vidrios y su familia lo buscó durante seis días, hasta que un periódico barrial informó sobre su muerte y le atribuía ser un 'narcotraficante'.
La nota decía lo mismo que luego declararon los policías: que cuando circulaban por la avenida Escalada y Roca les llamó la atención el conductor de un Fiat Duna bordó que 'les cruzó la mirada', aceleró y disparó contra la patrulla.
Luego -siempre según los policías- el joven se bajó del auto, le disparó a Montero y éste se defendió.
'Nada justifica en el supuesto accionar policial un inicio de persecución a partir de un 'cruce de miradas'', afirmó el juez de instrucción Pablo Ormaechea cuando procesó a los policías.
La versión de Montero y otros dos efectivos que lo acompañaban también tuvo muchas contradicciones sobre el horario del hecho y si bien dijeron que secuestraron droga en el auto, el punto ni siquiera fue analizado por el juez.
Lo que si tuvo en cuenta fue que los peritajes toxicológicos señalaron que Roldán había tomado bastante cerveza ese día (tenía 1,40 gramos por litro de alcohol en sangre, cuando lo permitido para manejar, por ejemplo, es de 0,5) y que no estaba ni en condiciones de conducir ni de disparar.
Además, se comprobó que el Duna en el que mataron a Lucas nunca hubiera podido andar porque tenía roto el arranque y que el arma que apareció junto al cuerpo no era de él, por lo que la madre del joven, Elsa Roldán, no duda en calificar el hecho como un 'fusilamiento'.
Por su parte, Squassi dijo que 'el auto había sido robado esa mañana, pero nunca se pudo determinar cómo fue que Lucas apareció ahí' y remarcó que 'la causa fue totalmente armada por la Policía'. (Télam).-
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