Su suegra habría recibido un "mensaje" en una sesión de espiritismo. Segura de que la joven engañaba a su hijo, la citó en su departamento. Con una cuchara caliente en la boca, la obligaron a "confesar". Le arrancaron los dientes y la quemaron viva. Su cuerpo mutilado apareció en una valija
Su ocupación era barrer la orilla del Riachuelo, junto a la isla Maciel. Tratar la podredumbre era parte de su trabajo: por eso, aunque también por un poco por curiosidad, abrió esa valija plástica que flotaba. Lo que nunca supo este hombre es que terminaría descubriendo el resultado de un crimen ritual, horrendo: el cuerpo de una chica a la que le faltaban la cabeza, los brazos y los pies.
La escena ocurrió el 27 de agosto del año pasado, a la altura de Dock Sud. Ayer, ocho meses y medio después, la Policía logró "esclarecer" el crimen. Detuvieron a Julio, la pareja de la víctima, y a la madre de crianza de él, cuyo nombre de pila es Stella Maris.
Las "ánimas delatoras"
¿De qué se los acusa? Según determinaron los pesquisas de Homicidios de la Policía Federal, la joven hallada mutilada tenía 27 años, era de nacionalidad peruana y se llamaba Vanesa Giunta.
Tras recabar pruebas y testimonios -especialmente el de una menor de edad testigo del crimen-, los pesquisas establecieron que la suegra, ahora acusada, había participado en una sesión espiritista en el que las "ánimas" le "comunicaron" que la chica estaba engañando a su hijo con otro hombre.
Fue así que la familia habría contactado a Vanesa en febrero de 2007, seis meses antes del hallazgo del cuerpo, y la torturó hasta la muerte.
La citaron en el departamento de la madre, en el barrio Piedrabuena de la Capital Federal, en donde, entre otras cosas, dos hombres, acompañados de la suegra, le quitaron los dientes y le cortaron los dedos de las manos.
Pero antes de eso, le introdujeron en la boca una cuchara al rojo vivo, para que "confesara" la supuesta relación que tenía con otro joven. "Decían que un ser supremo les dijo que (la víctima) estaba cometiendo males y decidieron matarla", explicó uno de los sabuesos.
No conformes con las torturas, se cree que los asesinos la rociaron con combustible y la prendieron fuego, provocándole heridas que la dejaron en muy grave estado y al borde de la muerte. Luego, para deshacerse del cuerpo, se sospecha que madre e hijo lo seccionaron de pies y manos, terminaron de sacarle los dientes -supuestamente para evitar una identificación-, le echaron cal y guardaron la mayoría de las partes en la valija que luego arrojaron al Riachuelo. Los detectives no hallaron nunca la cabeza de la mujer ni sus manos.
Pero en los últimos días la historia dio un vuelco. Un grupo de vecinos denunció que los ocupantes de un departamento del quinto piso del edificio escalera 36, Torre A, de las calles Montiel y 2 de Abril, vendían drogas.
Uniendo esos datos con los de la denuncia de desaparición de Vanesa, los pesquisas determinaron que allí había sido el asesinato. La suegra fue detenida en su departamento y su novio, en un allanamiento en Gregorio de Laferrere
Hipótesis:¿los delató por el osito de peluche?
Los investigadores creen que el osito de peluche que los asesinos metieron dentro de la valija junto al cuerpo de la víctima fue vital para esclarecer el crimen.
Es que pertenecía a la menor que fue testigo del crimen y quien terminó incriminándolos severamente.
Es muy posible que la nena,de la que no trascendió la edad,haya sufrido un trauma por las escenas vividas y,además,por la pérdida del juguete, razón que la habría motivado a hablar.
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