Lo hallaron los guardias de la Prefectura de Tigre, donde estaba detenido, cuando lo fueron a buscar porque no había salido a desayunar. Anoche había hablado con su esposa. Tenía 65 años y antecedentes cardíacos
por Juan I. Irigaray
BUENOS AIRES, dic 10 (DyN) - El ex represor de la ESMA y ex prefecto Héctor Antonio Febres fue encontrado muerto esta mañana en la habitación de la base de la Prefectura Naval, en Tigre, donde estaba detenido a la espera de una sentencia de la Justicia, que debía ocurrir el viernes próximo.
Fuentes judiciales informaron a la agencia DyN que Febres no se levantó desayunar y a las 10.30 los guardiacárceles, extrañados por ello, abrieron la puerta del cuarto y lo encontraron sin vida.
Anoche el ex represor, de 65 años y con antecedentes de problemas cardíacos, cenó en forma normal y luego se comunicó por teléfono con su esposa, antes de dirigirse a la cama en el cuarto que tenía asignado sin que nadie advirtiera nada extraño, agregaron los informantes.
La muerte del ex prefecto está siendo investigada por la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo, que ordenaría en breve la autopsia del cadáver por parte de los especialistas del Cuerpo Médico Forense.
Los querellantes anticiparon que van a solicitar que se los autorice a presentar peritos de parte en la autopsia.
El abogado Rodolfo Yanzón, uno de los asistentes letrados de la querella, dijo que 'vamos a ver de qué se trata... Hay que constatar si fue una muerte natural o no. En caso de que sea una muerte violenta, acá hay responsabilidad institucional en principio de la Prefectura'.
Febres era el primer ex represor de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) enjuiciado por crímenes de lesa humanidad y afrontaba sendos pedidos de la fiscalÐa y la querella a prisión perpetua por secuestros y torturas. Las audiencias empezaron en octubre último y en ellas se ventilaron únicamente los hechos que denunciaron los sobrevivientes de la ESMA Carlos Lordkipanidse, Carlos García, Josefa Prada de Olivieri y Alfredo Margari.
Ello pese a que Febres en la misma 'megacausa ESMA', que instruye el juez federal Sergio Torres, estaba imputado de decenas de casos de privaciones ilegales de la libertad y apropación de bebés a las mujeres cautivas.
Según muchos sobrevivientes que testimoniaron en el juicio, Febres en la ESMA se jactaba de 'dar máquina', o sea atormentar a los prisioneros mediante aplicaciones de picana eléctrica y, a la vez, estaba encargado del ajuar de los bebés nacidos allí que iban a ser apropiados.
El centro clandestino que funcionó en la ESMA estó considerado como el mayor campo de la muerte de la dictadura, ya que según sobrevivientes habrían pasado por allí 4.500 víctimas rumbo a los denominados 'vuelos de la muerte', en los que, desde aviones navales, eran arrojados vivos y narcotizados al mar.
El próximo viernes 14 Febres iba a ser trasladado de nuevo a los tribunales de Comodoro Py para que escuchara el veredicto de los jueces Guillermo Gordo, Ricardo FarÐas y Daniel Obligado, quienes ahora, en cambio, dictarán el sobreseimiento.
Querellante "enojado con la muerte"
Igual que Pinochet, Febrés murió el Día Internacional de los Derechos Humanos
Buenos Aires, 10 de diciembre (Télam por Miguel Sintas). El paso del tiempo y la impunidad de la que gozó merced a las leyes de Obediencia Debida y Punto Final posibilitaron que el ex Prefecto Héctor Febrés falleciese 'técnicamente inocente' ya que aún no se le había dictado ninguna condena en los más de dos centenares de casos por los que estaba imputado.
Como paradoja del destino y una burla cruel de la impunidad, el sindicado represor que actuaba en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), falleció en el Día Internacional de los Derechos Humanos tal como había ocurrido hace exactamente un año con el dictador chileno Augusto Pinochet Ugarte.
Las ineludibles comparaciones y siniestras coincidencias llevaron al abogado Rodolfo Yanzón a afirmar que se encontraba 'enojado con la muerte y la impunidad' tal como resumió su sentimiento, en diálogo con Télam a escasas horas de conocido el deceso de Febrés.
Esas siete palabras probablemente las compartan las víctimas de Febrés en el centro clandestino de detención que funcionaba en la ESMA donde el ex prefecto recibió el apodo de 'selva', por reunir 'el salvajismo de todos los animales juntos', según testimonios recogidos en el juicio.
El Tribunal Oral en lo Federal Cinco estaba juzgando a Febrés, desde hace casi dos meses, por delitos de 'lesa humanidad' cometidos en la ESMA y ya había escuchado decenas de testimonios y los alegatos de los acusadores que habían pedido 25 años de prisión y de la defensa que reclamó la absolución de su asistido.
Como el debate aún no se había clausurado (ello iba a ocurrir el viernes tras las 'últimas palabras' del procesado), corresponderá ahora declarar 'extinguida la acción penal por fallecimiento del imputado', tal como lo prevé el artículo 59 del Código Penal, con lo cual devendría el 'sobreseimiento' sin más trámite, explicaron reconocidos procesalistas penales.
Este era el primer juicio oral y público por delitos cometidos en el centro clandestino de detención que funcionó en la ESMA durante la última dictadura militar que fue posible gracias a la derogación y declaración de 'nulidad insalvable' de las leyes de impunidad que impidieron su juzgamiento por esos hechos ocurridos hace casi tres décadas.
Al comenzar el proceso y cuando se le ofreció a Febrés la posibilidad de hacer su descargo en una declaración indagatoria dijo que 'por ahora' no lo haría; su última posibilidad iba a ser el viernes próximo. El ya no hablará y las víctimas ni siquiera podrán escuchar una sentencia condenatoria
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