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Fue un capo cómico. Se enriqueció durante la dictadura, cuando las películas en serie de la productora Aries hacían furor. "A veces hay que hacer el cine que vende", dijo hace unas semanas Héctor Olivera, uno de los fundadores de esa productora, al recordar las películas de Olmedo y Porcel.
Hoy sepultaron sus restos en un enorme ataúd. Pero el Gordo, queda en la memoria como un capo cómico de la talla de Tato Bores y Alberto Olmedo.
Algo de lo publicado:
Clarín: De Avellaneda a Miami, el rumbo de un capocómico
De Operación Ja Ja a La Tota y La Porota
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