Por F. M.
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Anoche, mientras sus compañeros de militancia preparaban una fiesta para celebrar su liberación, resuelta el viernes cuando la Justicia lo absolvió en el juicio oral, ya que el fiscal Jorge Bettini retiró la acusación, Gabriel habló un rato con Trama Urbana. Para eso, buscó un lugar tranquilo dentro del local del Movimiento de Unidad Popular (MUP), en 60 entre 10 y 11, acomodó unas sillas y se dispuso a conversar.
No dio discursos políticos ni lanzó acusaciones. Dijo, incluso: "No tengo bronca. Sólo estoy confiado porque se hizo justicia". Remarcó que no tiene ganas de conocer al policía Rodolfo Marcelo Toni, que lo acusó de cometer un robo en su comercio.
- ¿Cómo viviste este primer día en libertad?
- Muy agitado. Entre mucha gente que me vino a saludar, compañeros, amigos y familiares.
- ¿Pensabas que iba a ser todo tan rápido?
-No. Creía que esto (el juicio) iba a durar hasta el martes, o miércoles.
- ¿Qué pensabas que podía pasar? ¿Creías que te iban a condenar?
- No. Yo tenía mucha confianza. Sabía que se iba a hacer justicia.
- ¿Alguna vez pensaste que la cosa venía mal?
- Sí.
- ¿Cuándo fue eso?
-Al comienzo. Veía que el tiempo pasaba y todo seguía igual. Me negaban todas las excarcelaciones. Pensaba que me iban a condenar.
La detención
Gabriel fue detenido el 29 de abril de 2004, en su casa de 4 bis y 515. Por la noche, un grupo de oficiales del servicio de calle de la comisaría Sexta se lo llevó preso, "delante de mi familia". Casi desde un comienzo, sus compañeros del MUP, en el que Gabriel militaba y piensa seguir, hablaron de una "causa armada".
-¿Dijeron por qué te llevaban preso?
-No
- ¿Cuándo te enteraste?
-En Tribunales. La abogada defensora me dijo que era por el robo (al supermercado Simar, de 12 y 526 en Tolosa, ocurrido cinco días antes).
- ¿Conocías a la persona que te denunció?
- (Eleva el tono de la voz y mueve las manos) No. No lo conozco. Ni lo quiero conocer.
La vida en la cárcel
Hoy Gabriel sonríe, pero se pone serio cuando le preguntan por el año y ocho meses que pasó detenido en la Unidad 35 de Magdalena, la cárcel que está ubicada junto a la 28, en la que el último 15 de octubre murieron 33 presos durante un incendio.
- ¿Cómo viviste lo que pasó en la 28?
-Muy mal. No sabíamos nada. Ni cuántos muertos había. Fue terrible.
Pasó los 19 meses en una celda, junto a otro compañero de detención, durmiendo en una cama cucheta.
- ¿Te encontraste con gente que decía ser inocente, como vos?
-Sí.
- ¿Y qué te contaban?
- Que eran inocentes. Pero mucho no les importaba porque ya tenían antecedentes.
-En Tribunales. La abogada defensora me dijo que era por el robo (al supermercado Simar, de 12 y 526 en Tolosa, ocurrido cinco días antes).
- ¿Conocías a la persona que te denunció?
- (Eleva el tono de la voz y mueve las manos) No. No lo conozco. Ni lo quiero conocer.
La vida en la cárcel
Hoy Gabriel sonríe, pero se pone serio cuando le preguntan por el año y ocho meses que pasó detenido en la Unidad 35 de Magdalena, la cárcel que está ubicada junto a la 28, en la que el último 15 de octubre murieron 33 presos durante un incendio.
- ¿Cómo viviste lo que pasó en la 28?
-Muy mal. No sabíamos nada. Ni cuántos muertos había. Fue terrible.
Pasó los 19 meses en una celda, junto a otro compañero de detención, durmiendo en una cama cucheta.
- ¿Te encontraste con gente que decía ser inocente, como vos?
-Sí.
- ¿Y qué te contaban?
- Que eran inocentes. Pero mucho no les importaba porque ya tenían antecedentes.
Su nombre en las paredes
El nombre de Gabriel Roser comenzó a aparecer en las paredes de La Plata sin que muchos supieran quién era. Volcado a la militancia social, Gabriel abrió con otros compañeros una copa de leche en un galpón de su casa, en la que vive con su familia. En el fondo, además, instaló una huerta comunitaria. Hoy, el comedor “Niño protegido” se da de comer a unos 35 chicos, en merienda y cena.“No estoy muy al tanto de lo que necesitamos porque recién salgo (en libertad), pero siempre se puede ayudar con ropa y alimentos no perecederos”, explicó.
Libre de culpa y cargo
El militante social fue liberado en la noche del viernes, cuando en medio del juicio oral el fiscal Jorge Bettini Sansoni retiró la acusación.El representante del ministerio público señaló que debía primar “el beneficio de la duda” ante la inexistencia de testigos en su contra. De hecho, durante el juicio varias personas declararon que Gabriel Roser estaba en otro lugar en el momento del robo al comercio por el que lo acusaban. Para los abogados del Comité de Investigación y Acción Jurídica, que ejercieron su defensa, su caso “representa uno de tantos donde se inventan causas a personas de sectores estigmatizados, judicialmente vulnerables”.
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