Es la primera vez que una corte europea juzga un caso de los «vuelos de la CIA», en los que se trasladó a sospechosos de pertenecer a la red terrorista Al Qaida a países árabes donde se les interrogó y encarceló violando sus derechos fundamentales.
Pese a que se trata de una decisión histórica, la sentencia no ha conseguido condenar a los responsables de los vuelos de la tortura en Italia. Niccolo Pollari, entonces director del Sismi, y su «número dos», Marco Mancini, se han librado de ser enjuiciados debido al secreto de Estado. Sobre el primero pendía una petición de 13 años de cárcel y sobre el segundo de 10. Igual de intocable ha resultado Jeffrey Castelli, jefe de las operaciones de la agencia estadounidense en Italia.
Los 23 estadounidenses considerados culpables, entre los que se halla el responsable de la agencia en Milán, fueron condenados en rebeldía debido a que Washington ha negado su extradición a Italia. A las penas de prisión tendrán que añadir el pago de un millón de euros a Abu Omar y de otro medio millón a su esposa como compensación por su secuestro y posterior encarcelación durante cuatro años.
Desde Washington, el Gobierno de Estados Unidos mostró su contrariedad frente a la sentencia por medio del portavoz Ian Kelly, quien afirmó que estaban «desilusionados con el veredicto». En cambio, las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos tuvieron una reacción opuesta y calificaron la decisión de «valiente».
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