martes, diciembre 09, 2008

Perpetua por secuestrar y matar a un pibe de 6 años

La Justicia Federal de La Plata condenó a un matrimonio de uruguayos, a su hijo y la padrino de éste por raptar y asesinar a Santiago Miralles, un pibe de 6 años, amigo de otro de los hijos.

 
La Plata, 9 de diciembre (Télam).- Los cuatro imputados por el  secuestro extorsivo y asesinato del niño Santiago Miralles, de 6  años, ocurrido en 2005 en la localidad bonaerense de Canning,  fueron condenados hoy a prisión perpetua por la justicia federal  de La Plata.

Las penas las impuso el Tribunal Oral Federal Uno al  matrimonio Enrique Eloy Coito Piriz y Ana Isabel Machado Vargas,  al hijo de estos, Henry Alexander Coito Machado, y a su padrino  Abel Domínguez Farias, quienes pidieron no presenciar la lectura  de la sentencia.

Los jueces Carlos Rozanski, Norberto Lorenzo y Horacio  Insaurralde los consideraron coautores de 'secuestro extorsivo  triplemente agravado por tratarse la víctima de un menor de 18  años, haber participado en el hecho tres o más personas y haberse  ocasionado intencionalmente la muerte de la persona ofendida'. 

Durante el debate, del que participaron más de 110 testigos,  se acreditó que 'Santiaguito' fue visto por última vez a las 16  del miércoles 13 de julio del 2005, mientras jugaba en la vereda  de su casa de la localidad de Canning, partido de Esteban  Echeverría.

'Se hizo Justicia. Este es un mensaje para que la gente confíe  en la Justicia. No cabía otra pena que esta, aunque es la máxima  que establece el Código Penal a estos cuatro asesinos les queda  chica', expresó Walter Miralles tras conocerse el fallo.    

'Terminamos una etapa y ahora vamos a tratar de disfrutar más  de la familia', dijo el hombre, quien agradeció a los  investigadores. 

Junto Walter, estaba su esposa, Silvia, quien entre lágrimas  alcanzó a decir: 'Nos vamos más tranquilos aunque es muy difícil  seguir. Hay que convivir con el dolor pero Santiaguito nos da  fuerzas'.

De acuerdo a la investigación, casi 24 horas después, la  abuela del nene recibió una llamada en la que un hombre les exigió  20.000 pesos para liberarlo sano y salvo y que se sacaran de  encima a la policía y a la prensa.

Los padres del pequeño desaparecido lograron juntar para el  día siguiente unos 5.000 pesos, pero los delincuentes nunca más se  comunicaron.

El cadáver del niño fue hallado tres días después de su  desaparición en un pozo ciego ubicado en el predio de la quinta  lindera a la casa de los Miralles en la que vivían los imputados.

La autopsia reveló que el nene murió como consecuencia de un  traumatismo de cráneo y asfixia por inmersión, ya que recibió al  menos dos golpes en la cabeza provocados por una maza u otro  objeto similar.

Una vez inconciente pero aún con vida, lo introdujeron en la  cámara séptica que tenía la quinta con un soga atada en la cintura  a la que anudaron una caja con cerámicos, a modo de lastre.

Los imputados, que eran conocidos de la familia Miralles ya  que uno de los hijos del matrimonio jugaba con Santiaguito, no  declararon en el juicio y sólo se limitaron a decir que la causa  'estaba armada'.  
 
   Es que en un primer momento, hasta  acompañaron a la familia Miralles mientras Santiaguito no aparecía  y una vez encontrado el cuerpo del pequeño en la quinta en la que  oficiaban de caseros, acusaron a personas extrañas de haberlo  puesto allí.

Hoy, en la oportunidad de decir sus últimas palabras tras los  alegatos, los cuatro imputados ratificaron su inocencia y  coincidieron en que serían incapaces de asesinar a una persona.

'Entiendo el dolor de los Miralles, pero matar a Santiaguito  sería como matar a Nicolás porque crecieron juntos', dijo ante el  Tribunal Henry Coito Machado hermano del pequeño que jugaba junto  a Santiaguito.

Isabel Machado, también se refirió de esa forma y aseguró que  junto a su familia llevan 'tres años y cinco meses injustamente  detenidos, mientras los asesinos están afuera en la calle'.

Sin embargo, la teoría de la participación de personas  extrañas que 'plantaron' el cadáver en la quinta en la que vivían  los Coito Machado fue considerada como 'absurda' por el fiscal  Carlos Dulau Dumm y de una 'película de extraterrestres' por la  abogada de la familia Miralles, Adriana Ayuso.

En sus alegatos, tanto la querella como el fiscal pidieron al  Tribunal que se condene a los imputados a prisión perpetua y  solicitaron que se tenga en cuenta 'la crueldad extrema con la que  se lo asesinó y el conocimiento que tenían de la víctima'.

'Santiaguito era una víctima fácil porque lo conocían, entraba  a su casa y el único motivo del secuestro fue conseguir dinero por  un préstamo al que no habían podido acceder', relató Ayuso.

Es que dos de los imputados, Henry Coito Machado y su padrino,  Abel Domínguez, habían solicitado un crédito unos días antes pero  el trámite no se pudo realizar, por lo que el rescate pedido por  Santiaguito era del mismo monto del préstamo frustrado.

Tanto la querellas como la fiscalía sostuvieron que los cuatro  son coautores del hecho, 'debido a que si bien no se pudo  acreditar quien le dio los golpes y lo arrojó a la cámara séptica,  hubo convivencia entre todos los imputados para secuestrarlo y  matarlo'.

'Todos participaron activamente del hecho, cada uno cumplió un  rol y todos fueron parte esencial por lo que comparten la  responsabilidad', explicó Dulau Dumm.
 
Sin embargo, las defensas de los imputados pidieron al  Tribunal su absolución por entender que no hay pruebas que los  incriminen ni se acreditó la presunta participación que tuvo cada  uno en el hecho.

Para el defensor oficial, Santiago Marino Aguirre, el  secuestro de Santiaguito 'fue el peor investigado de la historia'  y en su alegato abonó la teoría de la participación de otras  personas que plantaron el cuerpo en la quinta de los imputados  para perjudicarlos.

Entre algunos de los puntos calificados como 'absurdos' por el  defensor, planteó que 'se los involucró en el hecho sólo porque  vivían en ese lugar' y detalló que 'no se investigaron otras  hipótesis que tenían que ver con el hecho porque era más fácil  acusar a una familia de uruguayos, sin instrucción y por los que  nadie reclamaría'.
 
Tal como lo hicieron durante todas las audiencias del juicio,  los padres y familiares de Santiaguito embanderaron con imágenes  del pequeño y pedidos de justicia las vallas que rodean los  Tribunales Federales de La Plata. (Télam).-
 

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