jueves, mayo 08, 2008

Murió impune el genocida Fiorillo

Iba a ser juzgado este año por decenas de casos de desaparecidos que pasaron por la Comisaría Quinta de La Plata. Falleció hace unos días, en un cómodo arresto domiciliario

 
La Plata, 8 de mayo (Télam).-El ex comisario de la policía  bonaerense, Juan Fiorillo, acusado del secuestro y la muerte en  1962 del delegado gremial Felipe Vallese, murió en su domicilio de  Villa Adelina donde cumplía detención domiciliaria por violaciones  a los derechos humanos cometidas durante la última dictadura  militar en La Plata, informaron a Télam voceros judiciales.

Vallese, considerado el primer desaparecido político de la  Argentina, fue secuestrado el 23 de agosto de 1962 en la Capital  Federal, durante la presidencia de José María Guido.

Fiorillo, que ya había estado detenido por la desaparición de  Vallese, iba a ser juzgado en los próximos meses, junto a otros  represores, militares y policías, por secuestros, torturas y  desapariciones ocurridas en el centro clandestino que funcionó en  la comisaría quinta de La Plata.

El policía retirado, de 76 años de edad, estaba imputado  también de secuestrar en noviembre de 1976, en la casa platense en  la que asesinaron a su madre, Diana Teruggi, a Clara Anahí  Mariani, de cinco meses, de la que hasta hoy se desconoce su  paradero.

Cuando secuestró a Vallese era jefe de la Brigada de Servicios  Externos de la Unidad Regional San Martín.

Estaba sindicado como integrante, a partir de 1974, del grupo  de tareas de la ultraderechista Alianza Anticomunista Argentina  (Triple A) y después del golpe de 1976 como uno de los más  estrechos colaboradores del por aquel entonces jefe de la policía  provincial, el genocida y torturador Ramón Camps.

Fiorillo, durante la dictadura, ostentó el cargo de director  del Comando de Operaciones Tácticas (COT) y tuvo oficinas en la  comisaría quinta de La Plata, por donde pasaron cientos de  detenidos políticos.
Vallese fue secuestrado por Fiorillo y un grupo de tareas en  un procedimiento que perpetraron de civil y en Capital, una  jurisdicción vedada para la policía bonaerense, cerca de la  medianoche del 23 de agosto del 62.

Según la reconstrucción de los abogados de la Unión Obrera  Metalúrgica Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde (actual  Secretario de Derechos Humanos de la Nación), Fiorillo y su banda  buscaban a Alberto Rearte, hermano de Gustavo, uno de los  principales referente de la Juventud Peronista.

Según testigos, Vallese resistió con todas sus fuerzas la  detención y se necesitaron varios hombres para desprenderlo de un  árbol de la vereda de la vivienda de Canalejas 1776, que hoy lleva  una placa recordando el episodio.

Ya inmovilizado fue conducido por el grupo parapolicial hasta  un destacamento en la localidad de San Martín y luego a la  comisaría de Villa Lynch, donde según se reconstruyó, encontró la  muerte en una sesión de tortura y su cuerpo nunca fue hallado.

Cuando falleció tenía 22 años y desde hacía cuatro era  delegado gremial de la empresa TEA (Trafilación y Esmaltación de  Alambres) y un activo militante de la resistencia peronista.

Felipe Vallese se convirtió en una símbolo de la lucha obrera  y contra la dictadura y se compusieron canciones en su memoria, se  bautizaron niños, unidades básicas, agrupaciones, la calle en la  que fue secuestrado y el salón de actos de la CGT.

Catorce años después, en noviembre de 1976, Fiorillo participó  en el operativo que se hizo en la vivienda que habitaba el  matrimonio Mariani-Teruggi, en La Plata, fue rodeada, atacada y  saqueada en un operativo que duró cerca de cuatro horas.

En ese momento se encontraban en la casa Diana Teruggi y su  hija, Clara Anahí, y cuatro compañeros de militancia de sus  padres:  Daniel Mendiburu Elicabe, Roberto César Porfidio, Juan  Carlos Peiris y Alberto Oscar Bossio.

Allí fueron asesinados Diana Teruggi y sus cuatro compañeros,  pero la menor Clara Anahí logró sobrevivir y fue sustraída con  vida de la casa e introducida al auto de Fiorillo, según la  declaración de un ex-policía que participó del procedimiento.

Daniel Mariani, el padre de Clara Anahí, que no se encontraba  en ese momento en la vivienda de La Plata, fue secuestrado y  asesinado meses después también en La Plata.

Por la causa de la comisaría quinta, Fiorillo fue detenido en  en mayo de 2006 y pasó a cumplir detención domiciliaria por orden  del juez federal Arnaldo Corazza en su casa de Villa Adelina,  partido de San Isidro.

Allí falleció después de padecer una enfermedad terminal que  lo había mantenido postrado en los últimos días.

Según un estudio de la Asociación de Ex detenidos  Desaparecidos, en la comisaría quinta funcionó, entre abril de  1976 y febrero de 1978, un centro clandestino de detención, que en  total alojó a unas 180 personas, de las cuales 62 permanecen  desaparecidas.(Télam).-

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